Titulo:
Feliz cumpleaños, te quiero.
Autor:
Eduardo García.
Editorial:
Mago Editores.
Género:
Drama.
Clasificación:
Mayores de 15.
Valorización:
4/10.
Esta
resulta ser la primera reseña que escribo sobre este conocido escritor del género
de la literatura homosexual. Y es que ya he leído otras de sus obras, como
Adagio, pero creo ciertamente que de poner una de sus obras debía ser la
primera, la cual es “Feliz cumpleaños, te quiero”.
Debo
admitir que mis expectativas eran altas al momento de adquirir este título; y
es que la historia del protagonista, hasta cierto punto, me parecía muy cercana
a mis propias experiencias de adolescencia, en las cuales comenzaba a asumir mi
homosexualidad y a adentrarme en el sub-mundo del sexo y la marginalidad. Por
desgracia no fue una lectura muy placentera a mi parecer.
Pero
antes de hacer mis descargos y presentar mis argumentos hagamos un pequeño
vistazo a lo que encontraremos en las páginas de este título.
>>La
historia da inicio y transcurre durante el día en que Ricardo, el protagonista,
cumple al fin 25 años, momento muy esperado por él, pues hace mucho se había
decido en aceptar su homosexualidad ante el mundo llegada esta edad. Durante el
desayuno, Ricardo le cuenta su verdad a sus padres, quienes no se lo toman nada
bien, especialmente su padre quien termina golpeándolo y provocando que el
joven huya de su casa. Más tarde, mientras intenta despejar sus ideas, Ricardo
se topa con una vieja amiga, Rosa María, y termina contándole su preferencia sexual
la cual, para sorpresa de Ricardo, no era ningún misterio para María Rosa,
quien se alegra por su amigo pero le indica que era algo que ella sospechaba
desde hace mucho.
Durante
el resto del día, que es lo que dura la obra, Ricardo se irá encontrando con
amigos, familiares, y desconocidos muy interesantes y especiales, que harán de
su cumpleaños un día bastante hilarante como también dramático; descubrirá el
amor en Iván, su mejor amigo, intentara contarle su verdad a Luz, su actual
novia, y todo acabara con un final tan oscuro como impactante. <<
El
libro es muy corto por lo que no quiero ahondar más en detalles pues, como ya
antes lo he dejado claro, no es mi intención revelar todo lo que el titulo
tiene para ofrecer respecto a trama, respetando el trabajo y esfuerzo del
autor, pero sí desmenuzarlo poco a poco en lo que a detalles técnicos se
refiere.
Como
pueden apreciar la historia no es tan mala, incluso resulta original, el
problema es lo mal manejada que esta, la pésima narración y el poco interés que
se muestra en el desarrollo de los personajes y los eventos que se suponen
serian clímax en la historia.
Para
empezar, la narración. Como todo relato homosexual, la historia está cargada de
momentos explícitos, eróticos y obscenos; pero la habilidad narrativa del autor
carece de profundidad para relatar estos hechos. No tiene especial cuidado ni
en los detalles ni en el nivel de oscuridad que debe mantener en sus palabras
al momento de narrar estos sucesos; podría estar contándote una escena de penetración
homosexual de igual manera como te relata un paseo por el parque. La calidad de
las emociones y el lenguaje son exactamente iguales en todo momento, no se
diferencian. Quizás esto se deba a que la historia nos es narrada desde dos
perspectivas del mismo autor: una actual, que narra lo que sucede el mismo día,
y la otra es a través de un diario de vida, el cual inicia cuando Ricardo tiene
catorce años y, sin advertirnos completamente, avanza por toda su vida hasta
llegar al día anterior en que toda la historia da inicio.
En
los momentos en que estamos leyendo el diario, la narración es simple,
ordinaria, sin profundidad y muy básica; sí hasta pareciera que es el mismo
diario de Papelucho, un Papelucho homosexual y promiscuo. Se puede entender,
hasta cierto punto, que la capacidad de narración de un adolecente de catorce
años no sea muy elocuente ni muy suspicaz, pero lo malo es que el mismo tipo de
narración se mantiene no solo con el paso de los años en el diario, sino que
también durante los eventos narrados durante el fatídico día de cumpleaños, y
también cuando narra las escenas explicitas y morbosas en la que relata sus
experiencias sexuales.
Podemos
partir resaltando el momento en que Ricardo sale del closet frente a sus
padres; la escena debiera ser épica, profunda, incluso oscura, y es que este es,
sin duda, el paso más difícil que los homosexuales nos atrevemos a dar al
momento de asumirnos completamente. Sin embargo, la narración en este punto
carece de detalles, no pone énfasis en la tensión en el ambiente. Incluso la
pelea entre Ricardo y su padre se narra pobremente, como un mero trámite, como
si se nos estuviera describiendo un paisaje o un momento de quietud.
El
problema aquí, a mi parecer, es la mala disposición de las prioridades. El autor
decidió que salir del closet frente a sus padres debía ser un mero trámite, y
que el verdadero clímax debía ser el momento en que le contara la verdad a su
novia, Luz.
La
verdad, no entiendo como habrán sido las cosas para el autor, pero sí sé como
son para todos los homosexuales, y muchos estarán de acuerdo en que el real
momento de la verdad, por así decirlo, es el momento en que decidimos contarles
nuestra verdad a nuestros padres; no a los amigos, no a los hermanos, sino que
a nuestros padres.
Pero
para Ricardo, el protagonista, este momento tan significativo carece
completamente de profundidad, de tensión, en incluso de emotividad. Como punto
aparte, la primera y única conversación telefónica que Ricardo tiene con su
madre, luego de aquel altercado, termina con un toque de emotividad especial,
pequeño y simple pero muy especial, logra tocar la fibra sensible del lector
mas no compensar toda la falta de emoción anterior.
Luego
sigue el poco interés en los personajes secundarios. Sus personalidades son muy
bien detalladas en los momentos en que nos encontramos leyendo el diario de
Ricardo; pero intereses y propósitos nos son totalmente ajenos, por lo que son
completamente desaprovechados por el autor, quien no supo darles un lugar muy
importante.
No
me centrare en los obvio cameos de amigos del autor en la obra, sino en los
personajes realmente importantes para él protagonista y que terminaron siendo
desechados solo para mantener el camino por el riel de la trama.
Tomando
esto en cuenta, la primera seria Rosa María, la única mujer con una verdadera
personalidad en la historia. Es inteligente, pero tiende a cometer errores en
su vida, es independiente, pero busca un amor que la proteja. Si inteligencia
es tal que para ella no era secreto la condición homosexual de Ricardo. Rosa
María es todo un personaje, por desgracia solo sabemos de ella en dos ocasiones
muy cortas, cuando se encuentran en el mal y cuando le pide ayuda a Ricardo e
Iván para enfrentar a Jorge, el hombre casado que la dejó embarazada; sin embargo
esto último no termina siendo más que un simple trámite en la obra, del cual no
volveremos a saber.
Rosa
María es una mujer alegre, muy carismática, uno en verdad quiere saber más de
ella, pues en lo poco que se nos cuenta nos damos cuenta de que tiene toda una
vida llena de vivencias especiales y únicas, cargadas de erotismo, drama y
humor, sin embargo, quizás debido a la auto-impuesta limitación del autor de
hacer transcurrir la obra solo durante el día de cumpleaños, Rosa María se
convierte en el personaje más desaprovechado de toda la obra.
El
segundo seria Iván, quien pese a convertirse al final en la pareja de Ricardo,
pudo haber sido mejor aprobado de mejor manera, no era necesario unirlos de esa
manera para saber que eran inseparables.
Me explico
mejor. Desde un inicio se cuenta como Iván anima al desarrollo de la
personalidad de Ricardo; como Ricardo ve en él lo que quiere llegar a ser, vivir
libre, alegre, desinhibido y sin secretos. El apoyó de Iván no es el clásico
apoyo cegado incondicionalmente a Ricardo, sino que es más bien un amigo
imparcial. Iván aconseja a Ricardo, le recrimina sus errores y le incita a ser
más sincero a la vez que cauteloso; trata de distraerlo de sus problemas solo
para mantener su mente despejada y lista para afrontarlos.
Ricardo
e Iván hacen una gran pareja, son el vivo ejemplo de amistad, de verdadera
amistad, una amistad difícil de conseguir en el mundo homosexual. Ellos, bajo
ningún concepto, se necesitan uno del otro, pero el solo estar juntos vuelve la
existencia de ambos más tolerable. Uno, como lector, quiere verlos juntos, pero
no como pareja, sino como amigos, como esa imagen de la amistad que todos
queremos llegar a cultivar con alguien.
Iván
se convierte en un personaje completamente desaprovechado por el autor, puesto
que, en las últimas páginas, su giro sentimental hacia lo que en verdad siente
por Ricardo solo fue causado para llevar la historia a su inesperado desenlace.
Quizás,
solo quizás, todas las falencias del libro, en lo que a narración y desarrollo
de personajes se refiere, se deba a que esta es la primera obra del autor. Un
escritor cuya única preparación es la experiencia adquirida por lecturas y
vivencias propias; sin embargo, cuando no se tiene la experiencia narrativa
necesaria para relatar detalles tan explícitos, tan oscuros y adultos, siempre
pueden quitarse, hacerse a un lado, para centrarse mejor en la historia y
personajes y menos en las situaciones eróticas y sexuales que parecen sacadas
de la mente creativa de un joven llegado recién a la pubertad.
La
historia, y como se intentó relatar, reciben un punto a favor por la
originalidad; pero también cabe apuntar lo mal enfocada que se encuentra:
intentando retratar la realidad de la homosexualidad en la sociedad dominicana,
cuando claramente debió adaptarse para los estándares de este, nuestro país
actual.