lunes, 3 de noviembre de 2014

No temerle al rumbo



Seguir el camino de la vida individualmente no es un acto de desprecio a todo a tu alrededor, al amor de tus padres, al cariño de tus hermanos. Es un acto común de la naturaleza que nos llega a todo. No se debe mirar con tristeza lo que se va quedando atrás, ni paralizarse el miedo por lo que vemos adelante. Es una etapa que llega tarde o temprano y debemos afrontarla de la mejor manera posible.
No necesariamente estaremos solos, pero la mayor parte del tiempo no tendremos compañía; aun así no se debe retroceder, ese es el mayor motivo para no retroceder, pues no podemos vivir en base a lo que dictan nuestros miedos. Debemos vencerlos y vivir bajo nuestro propio ser.
La felicidad eterna no existe. Pasaras muchos momentos de desesperanza y frustración si sales a enfrentar el camino con la mentalidad enfocada de lleno en encontrarla.
La vida es un lienzo en blanco, en el cual plasmaremos nuestras tristezas, alegrías, frustración, felicidad, dolor y esperanza. Aquella variedad de emociones que viviremos será nuestra recompensa, nuestra obra de arte.
Uno no sale a buscar la felicidad eterna, uno sale a vivir.

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