Seguir
el camino de la vida individualmente no es un acto de desprecio a todo a
tu alrededor, al amor de tus padres, al cariño de tus hermanos. Es un
acto común de la naturaleza que nos llega a todo. No se debe mirar con
tristeza lo que se va quedando atrás, ni paralizarse el miedo por lo que
vemos adelante. Es una etapa que llega tarde o temprano y debemos
afrontarla de la mejor manera posible.
No
necesariamente estaremos solos, pero la mayor parte del tiempo no
tendremos compañía; aun así no se debe retroceder, ese es el mayor
motivo para no retroceder, pues no podemos vivir en base a lo que dictan
nuestros miedos. Debemos vencerlos y vivir bajo nuestro propio ser.
La
felicidad eterna no existe. Pasaras muchos momentos de desesperanza y
frustración si sales a enfrentar el camino con la mentalidad enfocada de
lleno en encontrarla.
La
vida es un lienzo en blanco, en el cual plasmaremos nuestras tristezas,
alegrías, frustración, felicidad, dolor y esperanza. Aquella variedad
de emociones que viviremos será nuestra recompensa, nuestra obra de
arte.
Uno no sale a buscar la felicidad eterna, uno sale a vivir.
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