miércoles, 22 de abril de 2015

La verdadera critica de Zamudio.

No creo que los homosexuales debamos sentirnos especialmente ofendidos por lo que se muestra en cada capítulo de la serie televisiva que relata la vida del fallecido ‪#‎Zamudio‬. Ni menos ponernos críticos respecto al estilo de vida que, por lo que se aprecia en pantalla, podemos ver llevaba el protagonista.
Lo único que hay que observar, y que parece pocos han notado, es que la serie muestra como el joven trata de seguir su vida, tratando de ignorar el pésimo ambiente que se vive en su propio hogar debido a la mala convivencia entre sus padres.
Sin tener un lugar al cual recurrir, el joven se interna en la bohemia capitalina; con todos los placeres y riesgos que ello conlleva. Una elección que, sin duda, muchos otros chicos y chicas en su misma posición habrían optado. Sin importar su género o preferencia sexual.
Lo que sigue en adelante es un muchacho que ve en la explotación de su cuerpo, por medios sexuales, una manera de sentirse mejor: amado, deseado, y sacar algo de provecho de ello; sin estar del todo consciente de los riesgos a los que se expone, ni del daño físico y mental que esta conducta le ocasiona. 
Quizás la mayor diferencia entre el joven Zamudio, y cualquier otro chico heterosexual, sea la manera en que se daña y se expone al peligro. Y es que un joven homosexual, al igual que cualquier muchacha de cualquier sexualidad, tiene una facilidad mayor para utilizar su cuerpo de manera tentable y hasta comercial, sin sentir el mismo repudio por la situación que sentiría un heterosexual. Este último, por su parte, fácilmente acabaría en un espiral de vicios: alcohol, drogas de grueso calibre y sustancias nocivas; y el resultado podría ser tan fatal como el sufrido por el joven protagonista de la serie.
Encuentro que ‪#‎TVN‬, o mejor dicho los guionistas, han sabido enseñar de una manera muy fiel y exacta los peligros a los que los jóvenes homosexuales se exponen debido a las conductas y decisiones que siguen durante el inicio de su vida sexual; y no lo siento como una manera denigrante de mirar al joven homosexual promedio, ni de señalar lo promiscuos que pueden estos llegar a ser. Lo que la serie muestra es una crítica directa, cruda y certera, a la sociedad chilena y como esta lleva años haciendo oídos sordos, e ignorando la necesidad de una buena orientación y apoyo a los jóvenes que, de un momento a otro, son conscientes de su naturaleza sexual y enfrentan el mundo con miedo y en soledad, siempre creyendo que algo anda mal con ellos y culpándose por volverse un problema para sus familias.
Los jóvenes homosexuales necesitan orientación, comprensión, gente que demuestre una verdadera preocupación por ellos. Necesitan tener buenos ejemplos a seguir: alguien que les enseñe a conllevar su sexualidad, a cuidarse practicándola y a respetar su cuerpo y su persona. Necesitan sentirse como el resto de los jóvenes, y no pensar que serán inmediatamente excluidos de cualquier lugar solo por su orientación sexual, y para ello merecen sentirse respetados, y aceptados, tanto dentro de su familia como fuera de ella; y eso es lo que la serie trata de denunciar, a su manera cruda, severa y promiscua. 
No es a la serie en sí a la que hay que atacar, por mostrar a los jóvenes homosexuales como personas interesadas, promiscuas y superficiales, sino a la sociedad que, ignorando completamente su necesidad de orientación y comprensión, los ha empujado a tomar ese camino.


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