domingo, 21 de diciembre de 2014

Reseña #17: Jardín

Titulo: Jardín.
Autor: Pablo Simonetti.
Editorial: Alfaguara.
Género: Drama.
Clasificado: Todas las edades.
Valoración: 6/10


Pablo Simonetti, el mismo que nos conmoviera con el clásico título “Madre que estas en los cielos”, y que más tarde nos hiciera sentir estafados con la infumable “La Soberbia Juventud”, nos deleita ahora con una historia que nos hace recordar su particular estilo, único, emotivo y atemporal, alejándose de personajes y situaciones populares y contemporáneas, y trayéndonos una historia llena de encanto y emotividad.
Luisa Barbaglia, viuda de setenta y seis años y protagonista de esta historia, se encuentra, de un momento a otro, en la penosa necesidad de vender su hogar a causa de una constructora que planea derribar todo el barrio en el que ha visto pasar su vida en aras del progreso. De la noche a la mañana, se ve forzada a renunciar a los recuerdos de cuarenta y siete años de vida en ese hogar, siendo el mayor tesoro, y su más dolorosa perdida, su precioso jardín, lleno de rosas, azaleas, rododendros, lilas, violetas, y un centenar más de otras especies, a las cuales les ha dedicado tanto tiempo, cariño y paciencia, como a su propia familia.
Finalmente, cuando la matriarca de la familia decide entregar su jardín en partes iguales para sus tres hijos: Franco, Fabiola y Juan, será este último, el menor del trio y narrador de los acontecimientos, quien deberá asegurarse de que la soberbia y el desapego por la familia de su hermano Franco, el hijo mayor, no terminen rechazando y destruyendo su parte del jardín, destruyendo sin saberlo una parte del corazón de su propia madre.
El amor por los recuerdos, el apego a lo simbólico, la soberbia, la codicia, y una serie de rencores del pasado, saldrán a flote en cada uno de los encuentros de los hermanos, sin percatarse de los terribles y mortales efectos que esto ocasiona en su anciana y decaída madre quien, ante todo, buscara la unión y la paz de sus tres hijos por sobre el bienestar personal.
Técnicamente, quizás no haya mucho que decir de la obra: es corta, excesivamente corta, rellenado únicamente por el tamaño de las letras, la predisposición diagramada de las palabras, y unas preciosas ilustraciones de flores entre cada capítulo, de la mano de José Pedro Godoy, por lo que es una obra fácilmente digerible e igualmente disfrutable, capaz de ser acabada en una tranquila tarde de lectura. La predisposición de personajes es perfecta, y los eventos que en ella suceden claman a la emotividad y sentimentalismo del lector, de una manera como solo el autor nos tiene acostumbrados.
Podemos, de igual manera, asumir que Jardín es claramente una crítica a nuestra sociedad, principalmente respecto a cómo en esta no parece haber un espacio para los adultos mayores, quienes ven pasar sus últimos días intentando no entrometerse en la velocidad de la rutina diaria, sin derecho alguno a poder elegir y/o compartir su opinión personal, la cual es desvalorada por el resto de nosotros; tal como el popular escritor Luis Seguel Vorpahl intenta denunciar en sus excelentes obras “Otoñal” y “Cállate viejo e’ mierda”.
Dicho todo esto ¿es Jardín una buena historia? Pues absolutamente, es emotiva, reflexiva, y completamente alejada del estilo frio, estéril, y vacío que el autor trató de imponer en su anterior trabajo, “La Soberbia Juventud”; sin embargo, peca de poseer una corta duración, y de no profundizar intensamente en el pasado de los personajes, como lo hiciera en anteriores trabajos, impidiéndonos conocer a fondo los distintos dramas que dividen a la familia a excepción de la rivalidad entre Juan y Franco.
Y finalmente ¿esta Jardín comercialmente sobrevalorada? Pues… puede que absolutamente sí. Para ser una obra sumamente corta, con una idea que, aunque buena y noble, como lo es denunciar la falta de sensibilidad de la sociedad actual para con el adulto mayor, es algo que ya se ha visto antes, y en mejor escala, por lo que el constante bombardeo de publicidad que hemos tenido de ella por televisión, radio, internet, y anuncios en la locomoción colectiva, me parecen completamente exagerados e injustificados.
Sin embargo, esto no altera en lo más mínimo la calidad final del producto, solo nos demuestra lo mucho que una editorial se preocupa en distribuir su material, lo que sin duda es un buen ejemplo para todas las demás editoriales, las que parecen constantemente quejarse sobre lo alejado que se encuentran los chilenos de la lectura pero no parecen intentar nada para evitarlo ¿Se les ha ocurrido alguna vez idear una estrategia de campaña decente para los lanzamientos de sus obras?
Obras como Jardín, o Logia, son un buen ejemplo de que, sin importar la calidad o duración de la misma, con la publicidad adecuada lograran pegar fuerte en la mente de los lectores y los no lectores del país… especialmente Logia, la cual es una porquería de historia. Saludos y nos leemos en la siguiente reseña. 


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