martes, 10 de marzo de 2015

Reseña #27: El diablo tiene nombre.

Titulo: El diablo tiene nombre.
Autor: Francisco Asensi.
Editorial: Plaza y Janes/ Debolsillo.
Género: Terror-Suspenso.
Clasificado: Mayores de 18.
Valoración: 6/ 10.


De la mano del teólogo y escritor español Francisco Asensi, conocido ya por sus dos primeras obras: La Sibila de Delfos (Asesinato en el conclave), y Sombras en el Vaticano, nos llega este escalofriante thriller religioso, lleno de datos históricos tan reales como oscuros, entrelazando la realidad, cruda como resulta ser, con la ficción propia de un relato que espera atraparnos desde su espeluznante portada.
La historia quizás sea un poco difícil de resumir; y es que más que los personajes que en ella veremos, son los propios sucesos y eventos que la elaboran los verdaderos protagonistas de la misma. Con ellos los personajes sufrirán los peores tormentos que puedan experimentar aquellos que, siendo simples mortales, deciden oponerse a la voluntad del príncipe de los infiernos sin arma alguna más que su fe ciega.

Pese a que los extraños eventos comienzan a sucederse desde mucho antes, la historia es narrada tomando como inicio la fiesta de Pentecostés del año 2000, celebrada en el Vaticano en donde, luego del acostumbrado discurso del Papa a los miles de seguidores en la plaza frente a su balcón, un extraño e inusual fenómeno da inicio: de la nada, el cielo se cubre completamente de nubes negras, convirtiendo el día en una verdadera noche, seguido a su vez de fuertes ventiscas, ensordecedores truenos, y un inesperado movimiento telúrico; todo para acabar con la muerte de un par de sacerdotes y unos cuantos feligreses. 
Posterior a esto, comienzan a narrársenos una serie de eventos pasados los cuales, de alguna u otra manera, gatillaron este peculiar fenómeno sobre el mundo, revelándonos una historia llena de traición, herejías, blasfemias, asesinatos, exorcismos, y posesiones demoniacas; todo parte de una antigua conspiración puesta en marcha por una antigua secta fundada en las mismas entrañas de la iglesia católica, con la intención de traer al mundo a Jaldabaoth, nombre original del Anticristo, y a su ejército de demonios, en un milenio de muerte, dolor, y horror.

La historia resulta bastante interesante, mezclando esa sensación de conspiración y persecución, tan típicas de las obras de Dan Brown, con criaturas y espectros tan impresionantes y aberrantes como las de cualquier obra de Lovecraft; y si a eso sumamos la cantidad de datos históricos, y hechos reales ocultados por la iglesia católica que ahora salen a la luz, puede llegar a convertirse en una obra única y casi imperdible.
Sin embargo, como acabo de decir, es CASI imperdible. Y es que pese a sr una idea bastante original, una excelente propuesta: muy bien estudiada y analizada antes de llevarse a cabo, es la completa ausencia de un protagonista, y/o personajes con los que podamos identificarnos, es una de las cosas que le juega completamente en contra, restándole puntos al momento de querer tocarnos como lectores.
Es lógico pensar que el villano es el mismo Diablo, y que su poder puede abarcar proporciones inimaginables; pero el ver como los personajes mueren irremediablemente a las pocas páginas de hacer aparición, no nos permite desarrollar una afinidad con ellos, o con la historia en sí. Por lo que sus muertes, más que trágicas y emotivas, resultan puramente sorpresivas, debido a la repentina y violenta manera en que suceden algunas de estas.  
Podría decirse que todo el libro carece completamente de emotividad, encaminándose, más que nada, por el lado del suspenso, del horror y lo perturbador; y quizás eso no sea inconveniente alguno para muchos, pero en lo personal siento que una buena historia es aquella que puede estremecerte, mantenerte aterrado y expectante a lo que siga en la siguiente página, así como también hacerte derramar unas cuantas lagrimas por la partida de sus personajes.
La narración también resulta ser un arma de doble filo en la obra; y es que sí bien es detallada y explicita, tiende a caer y reiterar en términos eclesiásticos bastante desconocidos para el lector promedio, obligándote a seguir la lectura con un buen diccionario a tu lado. Esta vez, esto es algo que personalmente me resulta atractivo, pues es una buena manera de ampliar mi vocabulario y aprender nuevos términos, pero también creo que, especialmente en estos tiempos, una obra debe pulir su narración, actualizar su vocabulario con el propósito de llegar al lector de una manera clara y fresca.

Aun así, dejando a un lado la engorrosa narración y la completa falta de emotividad, el libro es bastante digno, y garantiza una macabra entretención con cada una de las páginas que conforman su excelente narración. 

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